jueves, noviembre 30, 2006

Cuidar el amor

Una de las razones divorcistas más corrientes es la de decir que el amor se ha acabado, y no tiene sentido seguir encadenados, y otra es que siendo el amor la base del matrimonio, su desaparición lleva a la disolución de este vinculo.
Y aquí empieza la trampa, se supone el amor algo volandero, independiente del hombre, que viene y que va, sin saber como ni porque.
Los partidarios del divorcio destruyen la más hermosa posibilidad humana utilizando un concepto estrecho del amor, se habla de amor para significar el apareamiento sexual de macho y hembra, se reduce el amor a un fenómeno sensible que no depende del hombre, si no de los objetos externos que provocan el apetito.
Si que el amor es un fenómeno sensible, pero algo más, también es operación de la voluntad, es la decisión de entregarse al bien de otra persona.
En el cultivo del amor, este se fortalece. De aquí la razón de que el amor matrimonial en vez de agotarse y morir, es una disposición personal que crece y se fortalece con el tiempo. Pero hay que “cuidar el amor”, hay “que querer el amor”
Cuando el matrimonio está en situación difícil, la solución no es abandonar, sino reencontrar el amor, este no muere, se debilita y oculta, y basta romper la costra del egoísmo para volver a encontrarlo.
Quien en el divorcio ve la solución, no quiere ver la realidad de muchos matrimonios que viven el amor con reciedumbre e ilusión, y mejor que dar el tiro de gracia, es ayudar a dos seres humanos para que redescubran la capacidad escondida de seguir amando.
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